¿Existe un cine patagónico? Es el inicio de una nota que entreteje sur, cámara y acción.
La misma se publico en la revista Ñ, del diario Clarín, Nº 227 del sábado 2 de febrero de 2008. (Columnista Cecilia Fiel).
Esta nota que bien hace preguntándose algunas cosas podría interpelarse hasta el hartazgo, por ejemplo interpelarse en principio ¿Existe Patagonia?
Claro, muchos dirán que Si!!!, sin mas pretensiones que marcar en el mapa un basto territorio que incluye provincias y ciudades que no solo comparten un espacio sino toda una mística asociada al paisaje mismo.
¿Qué evocara Patagonia, con sus valles, cordilleras, lagos, zonas de nieve y extensas áreas deshabitadas? Será la inmensidad, una extraña sensación de soledad y misterio, que la convierte en “pensable” para la industria cinematográfica, que quiere capturarla con sus cámaras, en escenas. Conectando narraciones e imágenes que se camuflan en “sitios” tan propios y a la vez ajenos, que consumen, muestran lo mejor y lo peor de su habitantes.
Y allí estamos viéndonos una vez mas, a través de la lente de un tercero, casi descorporizado, que vincula textos y contextos, discursos y personajes. El viento, el desierto, la brutalidad de los paisajes y su gente, aparecen conformando un relato que reifica modos históricos de pensar Patagonia: salvaje y rebelde, extensa y bárbara.
¿Qué hace la industria cinematográfica al explotar caracteres físicos y culturales asociado a este espacio a veces al extremo?
Antes una advertencia, pensemos en la hibrides de la cultura, para no reducirla en miradas esencialistas y reduccionistas que nos lleven a pensar “¡Que mano nos esta metiendo la industria del cine, profanando nuestros rasgos mas sagrados!”
Intentemos mirar los otros procesos que esta nueva mirada sobre Patagonia esta configurando “Patagonia lugar de imágenes, trasfondo, telón de pantalla”, en palabras de la columnista de Ñ “Locacion para filmes y publicidad”, que se traduce en puestos de trabajo, comercio, incorporación de nuevas tecnologías, e invención para promover salidas laborales.
La zona mas austral del mundo se acerca a los hogares, en pantallas de TV, el cine sigue aportando en la construcción de mitos sobre Patagonia, produciendo sentidos y adjudicando al significante “Patagonia” nuevos significantes. “Patagonia esta markiteneado por si sola” dice Tossember productor de la película “Gigante de Valdes”, rodada en el sur. Aprovechamos este comentario para decir que mas que esto esta generando Patagonia, dinero y mucho, ¡Ojo! Tampoco es que existe fuera de nosotros, es, en la medida que la significamos en el mundo material y simbólico.
Por último estaría bueno compartir una pregunta mas ¿Qué lugar ocupamos, ocupan en este proceso los “nativos”, tanto en la producción y distribución de bienes y sentidos?
Un aporte de Raúl Díaz, que si bien refieren al turismo pueden emplearse para pensar el cine e iniciar algunas respuestas:
Devenido en una de las mayores fuentes de acumulación, para algunos la mayor industria de la globalización, genera tanto nuevos modelos y representaciones como reactiva y hace proliferar las interpelaciones modernas al uso, apropiación y goce de la naturaleza y la cultura y la sociedad.
La misma se publico en la revista Ñ, del diario Clarín, Nº 227 del sábado 2 de febrero de 2008. (Columnista Cecilia Fiel).
Esta nota que bien hace preguntándose algunas cosas podría interpelarse hasta el hartazgo, por ejemplo interpelarse en principio ¿Existe Patagonia?
Claro, muchos dirán que Si!!!, sin mas pretensiones que marcar en el mapa un basto territorio que incluye provincias y ciudades que no solo comparten un espacio sino toda una mística asociada al paisaje mismo.
¿Qué evocara Patagonia, con sus valles, cordilleras, lagos, zonas de nieve y extensas áreas deshabitadas? Será la inmensidad, una extraña sensación de soledad y misterio, que la convierte en “pensable” para la industria cinematográfica, que quiere capturarla con sus cámaras, en escenas. Conectando narraciones e imágenes que se camuflan en “sitios” tan propios y a la vez ajenos, que consumen, muestran lo mejor y lo peor de su habitantes.
Y allí estamos viéndonos una vez mas, a través de la lente de un tercero, casi descorporizado, que vincula textos y contextos, discursos y personajes. El viento, el desierto, la brutalidad de los paisajes y su gente, aparecen conformando un relato que reifica modos históricos de pensar Patagonia: salvaje y rebelde, extensa y bárbara.
¿Qué hace la industria cinematográfica al explotar caracteres físicos y culturales asociado a este espacio a veces al extremo?
Antes una advertencia, pensemos en la hibrides de la cultura, para no reducirla en miradas esencialistas y reduccionistas que nos lleven a pensar “¡Que mano nos esta metiendo la industria del cine, profanando nuestros rasgos mas sagrados!”
Intentemos mirar los otros procesos que esta nueva mirada sobre Patagonia esta configurando “Patagonia lugar de imágenes, trasfondo, telón de pantalla”, en palabras de la columnista de Ñ “Locacion para filmes y publicidad”, que se traduce en puestos de trabajo, comercio, incorporación de nuevas tecnologías, e invención para promover salidas laborales.
La zona mas austral del mundo se acerca a los hogares, en pantallas de TV, el cine sigue aportando en la construcción de mitos sobre Patagonia, produciendo sentidos y adjudicando al significante “Patagonia” nuevos significantes. “Patagonia esta markiteneado por si sola” dice Tossember productor de la película “Gigante de Valdes”, rodada en el sur. Aprovechamos este comentario para decir que mas que esto esta generando Patagonia, dinero y mucho, ¡Ojo! Tampoco es que existe fuera de nosotros, es, en la medida que la significamos en el mundo material y simbólico.
Por último estaría bueno compartir una pregunta mas ¿Qué lugar ocupamos, ocupan en este proceso los “nativos”, tanto en la producción y distribución de bienes y sentidos?
Un aporte de Raúl Díaz, que si bien refieren al turismo pueden emplearse para pensar el cine e iniciar algunas respuestas:
Devenido en una de las mayores fuentes de acumulación, para algunos la mayor industria de la globalización, genera tanto nuevos modelos y representaciones como reactiva y hace proliferar las interpelaciones modernas al uso, apropiación y goce de la naturaleza y la cultura y la sociedad.
0 comentarios:
Publicar un comentario